En mi consulta trato a muchos pacientes que presentan dolor en la zona de la mandíbula al despertarse por las mañanas o durante el día, en cuello, sienes, parte posterior de la cabeza y trapecios. Incluso, a veces, suelen ir acompañados de dolores de cabeza, vértigos, mareos, sensación de inestabilidad, acúfenos, hipoacusia, zumbidos de oído, chasquidos o crepitaciones al abrir y cerrar la boca por subluxaciones del menisco o limitación en la apertura de la boca. Pues bien, nos encontramos ante un problema o disfunción de la articulación témporo mandibular.
Es una articulación poco conocida en los pacientes pero muy importante, ya que forma parte del sistema estomatognático, permitiendo funciones fisiológicas como comer, hablar, pronunciar, masticar, deglutir, sonreír incluyendo todas la expresiones faciales, respirar, besar o succionar. Está ubicada en la región cráneo-facial-cervical y por debajo se inicia la cintura escapular. Es una articulación doble conectada a través de la rama fija de la mandíbula y ambas articulaciones deben abrirse y cerrarse a la vez, ya que si no lo hacen así, una de las dos sufrirá más y comenzarán procesos degenerativos. Está formada por un cóndilo mandibular, otro temporal y entre ellos se encuentra un menisco que protege y absorbe las cargas. Hay una serie de músculos que participan en la apertura y el cierre de la mandíbula, como el masetero, temporal, pterigoideo externo e interno y músculos hioideos. La activación excesiva de alguno de ellos, especialmente de los del cierre, como el masetero, temporal o pterigoideo externo puede dar dolores referidos o irradiados, ocasionar una mala oclusión dental y producir problemas en esta articulación. Según la teoría psicosomática de Mac Guill y Laskin, el estrés mantenido en el tiempo también juega un papel fundamental, ya que es el responsable de un aumento de las secreciones de catecolaminas, lo que explicaría el exceso de tensión en los maseteros.
Aunque el origen del problema es desconocido, muchas son las causas que pueden contribuir a su aparición:
- Existencia de una mala oclusión, es decir, un defecto en la alineación de los dientes, en la mordida o pérdida de piezas posteriores.
- Bruxismo: respuesta fisiológica del sistema nervioso central que consiste en el frotamiento y rechinamiento dentario sin propósito funcional, produciendo el desgaste de las piezas y contracturas en la musculatura implicada.
- Luxaciones o subluxaciones del menisco articular.
- Estrés.
- Capsulitis retráctil.
- Artritis, inflamaciones e infecciones.
- Tensión emocional.
- Contracturas musculares.
- Tratamientos dentales mal realizados.
En la clínica Fixius tenemos todos los conocimientos necesarios para poder abordar tu problema y asesorarte para que tu calidad de vida no disminuya. En primer lugar, realizaremos una exhaustiva exploración física de tu postura y de las estructuras que participan en la articulación. Realizaremos un tratamiento manual para restaurar la movilidad y funcionalidad de la boca, trataremos el dolor y te enseñaremos ejercicios para que puedas realizar en casa.
El tratamiento de la ATM es multidisciplinar: psicólogo (estrés), cirujano máxilo facial (menisco), odontólogo-ortodoncista (oclusión), fisioterapeuta-osteópata (muscular, fascial, articular), neurólogo (trigémino), otorrino (oído) y abogado (en el caso de una incapacidad por el dolor).
La prevención de las disfunciones de la ATM es fundamental. Mantener una buena postura al sentarse es clave para prevenir estos problemas.
Consejos generales: evitar situaciones de estrés, no masticar chicle, no morderse las uñas, evitar el contacto de los dientes excepto cuando se come, proteger el cuello del frio con bufandas, no tomar bebidas excitantes o comidas muy duras, realizar ejercicio y técnicas de relajación.
No dudes en consultarnos si tienes alguno de estos síntomas.
Referencias:
-Tratado de osteopatía craneal: análisis ortodóntico. Diagnóstico y tratamiento manual de los síndromes craneomandibulares. Panamericana 2005.
– R. Rodríguez-Ozores Sánchez. Patología de la articulación temporomandibular. AMF 2010;6(11):638-643